Fábulas e historias

«La hormiga derrochadora»

Había una hormiga que al contrario que todas sus demás congéneres, consumía todo lo que cogía, no guardaba nada de lo que recolectaba, lo derrochaba todo en tonterías innecesarias o despreciaba aquello que otras con gusto cogían. Trabajaba como todas, pero no se preocupaba del mañana, su almacén siempre estaba vacío, nada guardaba. Los derroches en fiestas intrascendentes  o consumir sin pensar en que un día se quedaría sin nada, era algo en lo que no pensaba, ya que en ese momento la comida abundaba.

Como ocurre siempre, lo bueno no dura eternamente, entonces la comida empezó a escasear. Sus compañeras se refugiaron en el nido saboreando lo que habían conseguido en el verano, mientras que ella no tenía nada que llevarse a la boca. Pidió ayuda a alguna amiga, pero pronto se cansaron de dejarle comida, así que se vio sin nada. Al tener demasiada hambre se arriesgo a salir a la superficie. El frío era desmesurado,  su cuerpo no estaba preparado para ello. La comida era casi inexistente y lo que antes en el pasado había despreciado ahora le parecía todo un manjar, pero no era suficiente para sobrevivir todo el invierno. Así que se adentro aun más en la oscura y helada profundidad del bosque, ya que la desesperación le consumía por dentro. Aquel acto acabó con la hormiga, que no pudo resistir el intenso frío que se le vino encima.

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