Cognición social.

«Creer en uno mismo»

Quien iba a decir que algunas de las personas más importantes de la historia llegarían donde lo hicieron, ni ellos mismos pensaron que lograrían ciertas hazañas o que sus aportes serían necesarios a día de hoy. Pero ahí están esos símbolos de la humanidad por haber confiado en lo que hacían y sobre todo en ellos mismos.

Hoy en día es difícil confiar en lo que uno hace y en donde quiere llegar, ya que la sociedad que nos rodea es muy negativa sobre lo que se sale de lo normal o habitual. Un ejemplo sencillo y particular es cuando a mi me preguntan sobre que quiero hacer con mi vida, a lo que me respuesta es; escribir. En ese instante la cara de las personas cambia, se vuelve incrédula y desconforme, ya que me creen un iluso, pero no es así, es cierto que es difícil alcanzar ciertos sueños y hay que sufrir mucho por ellos, pero nadie dijo que el camino fuera fácil, pero si no te rindes y eres consciente de tus necesidades primitivas, eliminando los caprichos innecesarios que te consumen, puedes acabar alcanzando lo que deseas.

Puede que suene muy bonito así narrado, que luego volvemos a la realidad y nos damos de bruces con el gigantesco muro de la sociedad, que tenemos obligaciones, trabajos y demás, pero si queremos algo de verdad, buscar nuestro momento de inspiración y olvidarnos de todo lo otro para centrarnos en aquello que tanto nos gusta. Puede que en un  principio sea algo sacrificado, pero si algo que nos apasiona y confiamos en nosotros, al final dejara de ser algo complicado a ser algo muy gratificante.

Lo primero que debemos hacer cada día es mirarnos al espejo y ver quiénes somos, meditar durante un segundo y saber que quien tenemos enfrente merece la pena, que es alguien que va a luchar en su vida, eso es la confianza en uno mismo. Si vemos a una alma en pena, que casi nos apiadamos de nosotros, entonces es que algo no va bien y debemos cambiar, pero cuanto antes mejor.  Lo segundo es tener las ideas claras, visualizar lo que queremos alcanzar, sin ponernos metas inalcanzables, es mejor pensar en pequeños espacios de tiempo, que pensar casi en algo que a saber si estaremos vivos.

Nada cae del cielo excepto la lluvia, ni nadie nos va a venir a regalar nada sin más. Por eso debemos fortalecer nuestra confianza a pesar de las circunstancias, toda época es temporal, tantos las peores como las mejores, ser fuerte y aguantar en la malas, como disfrutar y prever en las buenas, es algo necesario. Las embestidas de la vida vienen sin previo aviso y si somos capaces de soportarlas y confiamos en que todo saldrá adelante, entonces es cuando nuestra confianza aumentara y estaremos un paso más cerca de nuestros objetivos.

La mayoría de las personas querrán hacernos cambiar de idea, ya sea por preocupación, envidia, ignorancia o simplemente por maldad, ya que no todo el mundo se atreve a luchar por lo que desea y esa falta de confianza es lo que quieren inculcar a los demás. Puede que lo hagan con un fin negativo, pero como se dice, de lo malo se aprende, por eso debemos incluso analizar estas malas influencias, ya que a veces sacaremos algo bueno, una nueva idea o una diferente perspectiva, pero siempre teniendo claro nuestra confianza y objetivos.

Por eso creer en uno mismo no se ha vuelto una tarea fácil hoy en día, pero en los tiempos que corren es algo necesario, ya que hay demasiadas ovejas en este mundo. Necesitamos personas que piensen por sí mismas, que luchen por sus ideas y lo hagan confiando plenamente en ellos, porque es así como el mundo cambia y realmente el mundo necesita ser cambiado.

«La confianza en sí mismo es el primer secreto del éxito»

[Emerson]

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«La hipocresía»

Una sencilla palabra que esconde un atroz significado, ya que con ella potenciamos la falsedad, las mentiras y los engañamos a las personas que nos interesan, ¿Pero que conseguimos con ello? Algunas personas se dan cuenta de que no sirven de nada y recurren a esta actitud, pero no saben que al final todo se acaba descubriendo, ya que las mentiras son como el metal que poco a poco se va oxidando con el tiempo y se acaba rompiendo, dejando al descubierto la verdad.

En ocasiones nos cruzamos con personas que parecen que nos van a dar el mundo entero, que todo lo que tienen es para nosotros, pero al final todo ha sido por simple conveniencia y es cuando nos damos cuenta de la verdad de todo. Hay personas que necesitan esconderse en este estado, ya que por miedo al rechazo o por la simple razón de obtener algo se ven obligados a recurrir a ella, aunque normalmente es por la segunda.

A veces podemos estar creyendo que todo lo que nos están contando es verdad, pero lo que estamos haciendo en verdad es entrar en su juego de mentiras, haciéndonos creer algo que al final será todo humo y nos veremos totalmente decepcionados con lo ocurrido. Es triste saber que hay personas que aun recurren a estas acciones para poder lograr sus objetivos, ya que por sus propios meritos se quedan atrás.

Puede que pensemos que a nuestro alrededor no tenemos alguien así, pero dudo mucho que así sea, ya sea en el trabajo, algunas amistades desgastadas o incluso la familia, siempre hay alguien. Una típica imagen de hipocresía es las familias que se detestan durante el año y llegadas las fiestas de Navidad se reúnen todos juntos como si no pasara nada, para luego una vez más volver a odiarse tras los festejos.

Que nos hagan creer cosas que en verdad no lo son no es culpa nuestra, ya que depende de nuestro rango de confianza con cada persona, pero lo que si podemos es intentar filtrar la información que nos den, para luego en nuestro reposo valorar lo que es verdad y lo que no.

Es complicado erradicar ciertas actitudes humanas y más cuando con ellas se les puede sacar un beneficio, pero no sirve de nada utilizar armas sociales que pueden volverse en contra de uno mismo, es mejor ir de frente y aunque el primer golpe sea doloroso el resto serán más fáciles de digerir.

«En una mano lleva la piedra, y con la otra muestra el pan.»
[Plauto.]

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«Eliminar las amistades negativas»

Todos conocemos a alguien que entró en nuestra vida por alguna razón, esperemos que por una positiva, pero que en la actualidad solo nos aporta cosas negativas, ya sea tristeza, conflictos, malestar o simplemente se aprovechan de nosotros. Nos cuesta a veces darnos cuenta del mal que nos hacen y pueden originar que buenas personas se acaben alejando de nosotros. Es importante saber darse cuenta  a tiempo de que tienes una persona así cerca de ti, ya que si la dejas demasiado a tu lado con esa actitud destructiva, puede acabar consumiéndote.

Hay personas que han sido importantes en el pasado, pero que en el presente han modificado su forma de ser con respecto a nosotros, lo que origina que sea totalmente otra persona a la que nosotros conocimos. Podemos aceptar los cambios en nuestros amigos, pero siempre y cuando sean sanos, lo que no podemos permitir que alguien nos introduzca en una espiral de negatividad, en la cual nosotros no hemos decidido entrar.

Por eso es conveniente zanjar ciertas relaciones antes de que vaya a más, si hemos intentado ayudar a la otra persona o persuadirle de que no va por buen camino, nosotros ya habremos hecho lo que estaba en nuestra mano. No podemos acabar arrastrados a un pozo negro lleno de negatividad, cuando nosotros queremos mejorar en nuestra vida.

EL pasado con algunas personas pesa demasiado a la hora de tomar una decisión de esta índole, ya que no es plato de buen gusto despedirse de alguien al que le has abierto tu vida. Pero el pasado debe quedar como un buen recuerdo y no seguir forjando un futuro en el que todo puedan acabar siendo malas experiencias.

Yo mismo he sufrido esta situación, que muy a mi pesar tuve que renunciar a una amistad de media vida, ya que su espiral destructiva afectaba a mi persona y por muchos esfuerzos incansables que realicé, nunca llegué a lograr que entrara en razón. Así que tomé una dura decisión pero necesaria, ya que tenía que seguir avanzando y esa persona no dejaba de hundirme.

Es difícil dejar atrás a alguien al que has querido, pero en ocasiones no queda más remedio. La vida nos enseña que no podemos ser quienes tiren de los demás continuamente, porque nuestra energía no es infinita. Debemos tener un equilibrio, poder tener personas a nuestro  lado a las que podamos ayudar, pero que a su vez también nos ayuden a nosotros.

Elegir adecuadamente a las personas que te tienen que acompañar en el viaje de la vida no es una tarea fácil, ya que algunas personas empezarán siendo almas gemelas y puede que acaben siendo tus más temibles enemigos. No es necesario viajar con todos hasta el final, hay personas que deberán quedarse a mitad del camino y debemos ser nosotros los que nos demos cuenta de cuando es ese momento.

«No dejes crecer la hierba en el camino de la amistad.»

[Platón]

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«Todo empieza por un cambio»

Cuando las cosas no nos convencen, que la realidad en la que estamos es algo que no deseamos, es cuando debemos reflexionar, pero no en lo que hemos hecho mal, ya que el pasado no lo podemos modificar, sino en que debemos cambiar.

Es cierto que los cambios no son fáciles y que a muchas personas les asusta, porque a veces trae consigo un cierto riesgo en el que podemos sufrir bastante dolor y generar algunos problemas, pero es así como aprendemos. Realizar siempre las mismas tareas no lleva a ninguna evolución, sino que  genera un eterno estancamiento. Estar siempre en la zona de confort, como su misma palabra dice, se está cómodo, pero los años pasan y al final no lleva a ningún sitio esa forma de ser.

Los cambios radicales tampoco son del todo buenos, lo mejor es que sean progresivos, pequeños y constantes. También dependiendo de la persona se puede avanzar más deprisa o arriesgarse más, ya que algunos aguantan mejor los cambios que otros y son emocionalmente más fuertes. Otros en cambio se vendrán abajo con mayor facilidad y a la primera adversidad correrán de nuevo a su lugar de seguridad del que habían salido y jamás volverán a arriesgarse, convencidos de que es lo mejor. Por eso es mejor realizar al principio pequeños cambios, porque a veces tendremos que dar algún paso atrás o volver a nuestra zona de confort, pero siempre con la mentalidad de volverlo a intentar, ver bien de los recursos que disponemos y lanzarnos de nuevo a la aventura.

Ser valiente cambiando cosas de nuestra vida no implica ser un inconsciente, ya que a veces se confunde el riesgo con la temeridad. Hay que ver bien lo que vamos hacer y entonces lanzarnos, todo implica un riesgo, pero intentar que el fracaso y el triunfo estén casi equilibrados, ya que si nos damos demasiadas veces de bruces contra el suelo podemos salir muy mal parados.

Para poder realizar los cambios debemos ser optimistas, tener un pensamiento firme y convencido de lo que vamos hacer, las dudas o la falta de confianza no pueden traer nada bueno. Si nosotros mismos ya dudamos de que no vaya a salir bien, ya estamos inclinando nuestra balanza hacia el fracaso, porque nuestra mente ya está recibiendo el golpe cuando aun no nos hemos ni lanzado al vacío. Tenemos que ser realistas y pensar bien lo que haremos, el fracaso está ahí y lo sabemos, lo asumimos al emprender nuestra aventura, pero una vez que hayamos salido de nuestra zona de confort la mente debe estar despejada y puesta en el objetivo, pensando en que lo vamos a lograr por todos los medios.

Todo cambio es bueno, ya salga bien o mal, ya que de él aprendemos, maduramos y nos enseña a seguir avanzando. Los barcos de vela necesitan viento para avanzar, en ocasiones el viento sopla demasiado fuerte para poder navegar con comodidad, pero siguen avanzando, pero en cambio si todo está en calma y se está eternamente en una balsa de aceite, jamás lograremos nada y lo único que pasara será el tiempo.

«Mejorar es cambiar; ser perfecto es cambiar a menudo.»

[Winston Churchill]

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«Adictos a la sociedad virtual»

¿Cuántos podemos estar sin revisar nuestro teléfono durante un día entero, importándonos únicamente las personas con las que nos cruzamos? Algunos dirán que ellos, pero siempre pido el ejemplo, ya que yo predico, pero también soy consciente de que he sido adicto.

Parece que no, pero tenemos una droga llamada teléfono totalmente enganchada en nuestro organismo, nos es altamente adictiva y sin darnos cuenta nos está consumiendo. Aplicaciones y contenidos que nos absorben y consumen nuestra energía, extinguen sentimientos que se creían duraderos en el tiempo.

Es difícil salir de esta espiral, ya que una vez entras es muy complicado poder escapar. Reconozco que soy el primero que ha estado enganchado y en ocasiones me he vuelto obsesivo, que tras pasar un tiempo y darme cuenta de mi comportamiento, me di a mi mismo vergüenza.

¿Por qué tenemos esta nueva necesidad de comunicación? ¿Que buscamos en los demás con esta continua conexión? Puede ser que la sociedad haya cambiado demasiado rápido y no supiéramos asimilarlo, pero es cierto que no es todo malo en ello, ya que conectamos con personas que de otra forma nos sería imposible y nos acerca a rincones en los cuales no estaríamos jamás. El problema surge cuando no sabemos desconectar, saber cuándo ha sido suficiente y poder llegar a disfrutar de lo que el mundo nos brinda a nuestro alrededor.

Esta nueva adicción puede parecer insignificante, pero solo quiero que os hagáis tres simples preguntas: ¿Cuántas veces habéis entristecido con una respuesta que nunca llego? ¿Cuántas discusiones o disgustos os llevo una mala interpretación de las palabras? y ¿Quiénes habéis perdido por el camino a causa de esto? Si respondes de forma negativa a la tres preguntas, puedes sentirte afortunado, ya que no todos podemos decir lo mismo.
Hay momentos que se deben compartir en persona, saborearlos compartiendo una sonrisa y saber que quien está a tu lado es porque tú lo has elegido así. Creo que hoy en día buscamos tener excesiva comunicación, tener muchas personas con las que hablar, pero que nos traen conversaciones vacías. Es más fructífero tener pocas conversaciones pero profundas y saborear cada palabra que en ellas se diga.

Hay que aprender a liberarse de esas cadenas que el teléfono nos tiene puestas, porque él no nos abrazará en los malos momentos, ni nos animara a levantarnos cuando hayamos caído. Solo nos iluminará la cara con una luz insignificante y seguramente nos darás más de una preocupación. Sentir las dos manos libres con quienes quieres viene bien para poder expresarte como es debido. Como también poder tener la mirada en los ojos de quienes están enfrente de nosotros, ya que una mirada puede decir más que mil palabras.

«Libérate de esa prisión ilusionaría que te hace creer que eres totalmente libre.»

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«Hoy es siempre todavía»

Muchas veces creemos que el tiempo juega en nuestra contra, que hay cosas que si no las hacemos en según qué circunstancias ya no las podremos hacer. Pero eso no es del todo cierto, es verdad que en estos tiempos y con los recursos económicos limitados de los que dispone la mayoría, muchas cosas se deben ir posponiendo, entonces llega un momento que dices, ya no merece la pena, tendría que haberlo hecho en su momento y es cuando desechamos aquel pensamiento que incluso podría haber sido un gran sueño.

No debemos tener esa mentalidad negativa con lo que queremos hacer, el único momento de la vida en el que ya no podemos hacer absolutamente nada, es cuando nos morimos, es ahí donde se pone el punto final a todo, pero mientras esperamos a que la muerte nos guíe en el viaje al más allá, tendremos la oportunidad de hacer lo que deseamos, sin importar edad, tiempo o recursos. Solo hay que saber manejar el tiempo y el dinero como es debido.

Es cierto que hay personas que se generan algunas ataduras, ya sea familiares o económicas, lo que les limita a realizar algunas cosas, pero no nos damos cuenta de que esas limitaciones pueden llegar a ser elásticas si las manejamos correctamente, ya que hay un gran abanico de posibilidades para poder hacer lo que queremos. Puede que no sea exactamente igual como lo habíamos pensado en su día, pero en ese día teníamos otra vida.

Entonces debemos hacer un parón en nuestra vida, tomar aire y pensar en aquello que tanto queremos, aquello que nos hace ilusión, ver que podemos hacer para conseguirlo y perseguirlo. Como todo en la vida, nada aparece de repente construido, hay que ir colocando piedra a piedra, hasta que al final veamos nuestro esfuerzo dando frutos.

También hay que pensar en focalizar lo que hacemos, porque muchas personas quieren hacer tantas cosas y además a la vez, que al final acaban no haciendo nada y piensan que ya se ha pasado la oportunidad. Si quieres varias cosas y son algo incompatibles, debes elegir una, saber cuál es la que te conviene y la otra darle un tiempo, entonces cuando hayamos realizado la primera retomaremos aquella que habíamos dejado aparcada.

Entonces no digas nunca que es demasiado tarde para intentarlo, porque en esta vida todo se puede hacer si le pones interés. Todos hemos nacido en este mundo con una forma parecida, algunos con unas cualidades más que otras,  pero al final lo que más cuenta es la motivación y la persistencia de ti mismo, que es lo que realmente hace que todo acabe ocurriendo.

«Vale más hacer y arrepentirse, que no hacer y arrepentirse.»

[Nicolás Maquiavelo]

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«Mascaras Sociales»

Como con la ropa, muchas personas eligen que mascara ponerse cada día dependiendo de con quienes vayan a juntarse. Lo hacen debido a que quieren adaptarse a un grupo sin importar lo que se aparente o se deje ver. Pero esto no lleva más que a un caos emocional y a un estado de falta de personalidad, ya que siempre se están adaptando dependiendo de los demás, cosa que a la larga genera un desgaste y puede incluso acabar en una depresión.

Tenemos que ser coherentes a la hora de saber que somos, donde vamos y con quien nos relacionamos. No tenemos que estar obligados a caerle bien a todo el mundo, es un hecho muy complicado, ya que las personas somos totalmente distintas, nadie tiene una forma idéntica a otra, sino parecida.  Por eso encajar en un grupo o varios no es complicado, pero siempre que mantengamos nuestra identidad, hagamos lo que nosotros deseamos y siempre que no salgamos perjudicados de algún modo.

¿Cuál es el motivo por el cual se llega a llevar mascara? Muchas personas lo hacen por no sentirse desplazadas, incluso para poder sentirse realizadas consigo mismas, ya que suelen tener una carencia de autoestima. Otras lo pueden llegar hacer debido a que al tener una falta de identidad prefieren ir cambiando a ver cual le es más conveniente, pero nunca se acaban decidiendo. Y por ultimo estaría por miedo, personas que tienen pánico a ser rechazadas por el resto debido a su forma de ser, entonces se adaptan a lo que les rodea, estando cohibidas y sintiéndose encerradas en sí mismas.

Es cierto que no es fácil librarse de la máscara, ya que en la sociedad actual todo se rige por grupos y no pertenecer a uno puede generar soledad, pero siempre hay personas con las que encajamos, sean muchas o pocas, solo hay que saber buscar. Lo importante es saber identificarnos a nosotros mismos, saber lo que nos gusta y orgullecernos de lo que somos. Nadie es mejor que otro por pertenecer a un grupo u otro, todos somos igual de importantes, podremos tener mayor influencia en la sociedad o no, pero lo que realmente importa es sentirse valorado de verdad con las personas que nos rodean, ellos son nuestro autentico mundo.

No hay que tener miedo a ser quien eres, porque el verdadero coraje lo tienen aquellas personas que se lanzan sin miedo al mundo, caminando sin tapujos y  con su insignia de identidad bien visible en el pecho. Porque no les importa lo que lo demás opinen de ellos, sino que opinan de sí mismos.

«Cuando la necesidad nos arranca palabras sinceras, cae la máscara y aparece el hombre.»

[Lucrecio]

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“Los complejos”

Cuando nacemos y en nuestros primeros años de vida nos importa poco lo que opinen los demás, no nos importa más que divertirnos y aprovechar cada oportunidad que nos salga para investigar. Pero cuando empieza asomar la razón en nuestro cerebro aparece a su vez el miedo al rechazo. Cuando los niños comienzan a socializarse empiezan a crear patrones de burla, como cuando un niño tiene gafas, aparatos o simplemente algo en sí que destaca fuera de lo normal, eso genera malestar e incluso rechazo en sí mismo.

Cuando nos volvemos adultos los complejos se hacen más fuertes, nos vemos obligados a esconderlos de una forma u otra, ya que así evitamos que otras personas se fijen en ellos, pero realmente estamos escondiendo parte de nosotros. Es verdad que tenemos defectos que nos hacen diferentes a los demás, pero ser diferente no significa ser raro, significa ser uno entre el resto.

Si algo nos causa dolor o nos es vergonzoso tenemos que intentar afrontarlo, saber que está ahí, que es parte de nosotros y que debemos aceptarlo. Hay complejos físicos que se pueden modificar y si esta en nuestra mano poder hacerlo, pues entonces dejar de dudar y lanzarnos al cambio. Si no nos es posible entonces aceptarnos como somos nosotros mismos y cuando nosotros nos queramos realmente, el mundo que nos rodea se dará cuenta que merece la pena querernos.

Es imposible que otras personas nos acepten, cuando nosotros mismos no nos aceptamos. Necesitamos reflexionar sobre nuestro estado y saber quiénes somos y que tenemos, llegar a la conclusión de que tenemos que ser felices con lo que la vida nos han dado y entonces disfrutar de ella, porque no nos olvidemos que la vida es un regalo y es para disfrutarlo.

Os dejo un video que a mí me llamo mucho la atención, ya que a veces somos nosotros mismos somos los que nos vemos peores de lo que somos.

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“Lo material es solo eso…”

La sociedad actual está basada en la espiral de consumo, en objetos que nos otorgan mayor felicidad o mejores comodidades ¿Pero realmente es así? En multitud de ocasiones hemos comprado aquello que llevamos tiempo persiguiendo y tras tenerlo  solo nos otorga unos pequeños momentos de felicidad. Después acabamos olvidándolo, desvalorando o incluso tirándolo, tanto que creíamos que nos haría feliz y todo fue algo momentáneo.

Tenemos que valorar los objetos materiales como lo que realmente son, herramientas que nos facilitan una función, pero que sin ellos podríamos hacerlo de todas formas. Hace años, por no decir siglos, la humanidad también vivía sin necesidad de muchos de los productos que ahora tenemos, por lo que la vida era posible. Entonces como es que a día de hoy nos cuesta desencadenarnos de muchos productos como pueden ser el teléfono móvil, el coche o ropa que sobrepasa nuestro limite económico. Por qué cuando el móvil se nos estropea parece que todo se acaba, mensajes depresivos en redes sociales y ataques casi de ansiedad, cuando podemos realizar la misma función social quedando con aquellas personas con las que nos comunicamos. El coche es un medio de recorrido que se debe utilizar si es para una larga distancia, caminar para ir al trabajo, comprar y hacer vida social, es además de saludable práctico para nuestra economía viendo los precios desorbitados de la gasolina. Y la ropa; marcador de tendencias y divisor de clases, ya que muchos por nos desencajar gastan más de lo que tienen para poder parecer algo que no son. Como también el gasto en prendas que solo se les da un único uso y luego se olvidan en la oscuridad del armario.

Tenemos que ver estos objetos y muchos otros como lo que son, herramientas para facilitarnos la existencia y que nos proporcionen un camino más diversificado hacia la felicidad, ya que ellos no son los causantes de la alegría y la motivación, son solo materia. Son las personas, los pensamientos y las experiencias lo que hacen que seamos mejores personas y consigamos tener una vida llena de vivencias, las cuales en la hora de nuestra marcha podamos recordar con una sonrisa en la boca.

“Das poco cuando das tus posesiones. Es cuando das de ti mismo cuando realmente das.”

[Khalil Gibran]

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«Las relaciones de pareja sin prohibiciones.»

Una relación es la unión de dos personas que se quieren, sienten sentimientos parecidos y que sus emociones suelen ser reciprocas. Entonces si esto es así por qué hay personas que se ponen normas, prohibiciones o reglas en una relación. En una relación de pareja claramente hay unas pautas o leyes éticas que son globales para la mayoría de la gente, que por lo general son para no herir a nuestra pareja, pero son básicas: No ser infiel, no maltratar, mostrar respeto y ser justo a la vez que sincero.

Lo que no puedo llegar a entender es como personas comienzan algo y forjan una especie de estatutos los cuales afectan a la vida de la persona. Si nosotros tenemos una manera de ser y si nos gusta realizar algunas actividades, ¿Por qué hay que cambiarla? En teoría la persona que tenemos a nuestro lado nos quiere por cómo somos y lo que hacemos. ¿Entonces cual es el problema?

El fallo es que muchas personas cuando empiezan una relación o conocen a alguien llevan una máscara y con el tiempo dicha mascara se desgasta y se acaba cayendo, entonces es cuando salen a relucir las verdaderas facetas de la persona, cosas que pueden incomodar a nuestra pareja y entonces es cuando comienzan las tapujos o impedimentos.

Si somos sinceros desde un principio y nos mostramos como somos realmente, la otra persona tendrá la opción de elegir si quiere convivir con nuestra forma a la vez que nosotros nos adaptamos también a la de ella, pero siempre respetando a la otra persona, no dejamos de lado nuestros círculos sociales por ella, no abandonamos las actividades que nos apasionan y mucho menos quitamos la palabra a personas de nuestro distinto sexo a las que llamamos amigos. Puede ser que eso afecte a nuestra pareja, es cierto, pero quien tenemos a nuestro lado ahora debe entender que no hemos nacido ese día, que tenemos un vida antes que ella y que si quiere puede formar parte, pero no puedes abandonarlo absolutamente todo por alguien al que realmente ni conoces. Si divides el tiempo de tu vida por el tiempo que le conoces, sabrás que ese espacio es muy pequeño.

Una pareja es como dos águilas que vuelan juntos,  una puede modificar velocidad o altura y la otra si lo ve bien puede seguirle y ponerse de nuevo a su lado, pero si atamos una águila a otra, ninguna podrá volar con facilidad, ya que las ataduras les impedirán moverse como ellas siempre lo han hecho. Las relaciones son un vuelo en paralelo y donde en todo momento tenemos la opción de estar libres, con absoluta autonomía de movimiento.

Por eso hay que respetar las leyes éticas de la relación, pero después de eso toda prohibición o norma debe ser excluida, porque una vez marcada una, el resto se escribirán con mayor facilidad.

«Nadie puede amar sus cadenas, aunque sean de oro puro»

[Heywood]

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